columna 8: No hay más. [ESPECIAL DÍA DE LA MUJER]

Mujer, persona del sexo femenino según el diccionario de la Real Academia. Por qué negar que son lo mejor que se puso en este lugar, se pregunta el guatemalteco Ricardo Arjona. Y Sabines alguna vez escribió: No hay más. Sólo mujeres para alegrarnos/ sólo ojos de mujer para reconfortarnos…
Las mujeres somos demasiadas cosas. Complicadas, esa sería la primera cosa que los hombres piensan sobre nosotras. ¡Ni cómo negarlo! Las mujeres somos fuertes por excelencia. Delicadas por naturaleza. Honestas por convicción. Cariñosas, apasionadas, entregadas por amor. Vulnerables, sentimentales y hormonales, eso no se puede olvidar (¡créanme!).
No puedo expresar lo que se siente ser mujer. Alguna vez me senté a pensar lo qué es ser mujer, y no pude llegar a una conclusión clara, pero llegue a un par de cosas que creo muy ciertas e importantes. Primero, somos únicas pero al mismo tiempo somos muy similares todas. Nos entendemos entre nosotras con códigos, que cuando queremos analizar no entendemos (un ejemplo de lo complicadas que somos). Segundo punto: somos románticas, aunque algunas sean frías, lo somos: con alguna película hemos de llorar, en algún momento hemos de necesitar un abrazo lleno de calor y amor.
Tercero, somos guerreras. Si, lo somos aunque a veces nos olvidemos de ello. Durante mucho tiempo hemos peleado por cosas que al género masculino se le dio simplemente por nacer. Cuando crecemos y creamos una familia, somos sostén de ella. Somos valientes, aunque por dentro sintamos miedos. Vemos por aquéllos a quienes amamos. Luchamos por el éxito y la igualdad, por la armonía y la paz. Creemos en la vida, y sobre todo en nosotras mismas.
Cuando me hablan de la palabra mujer, del Día Internacional de la Mujer, de mujeres trabajadoras, de mujeres felices, de mujeres en todo el contexto de la palabra, sólo puedo pensar en una persona: en mi mamá. La mujer de mi vida es mi madre, quien me hizo como persona, quien me ama incondicionalmente y a quien extraño todos los días. Ella me enseño muchas cosas de la vida, desde cocinar hasta amar, y sigue enseñándome cosas todos los días. Me ha levantado cuando tropiezo, y me ha apoyado siempre. Soy su regalo, nacimos el 5 de octubre las 2, distintos años; ella es mi orgullo, mi motor, mi inspiración y mi suerte. La tengo en el alma y pensamiento, a todo momento.
Hoy en día el ser mujer debe ser un orgullo. Hemos evolucionado como humanidad, gracias a ello puedo estar hoy expresándome por este medio. Feliciten a aquellas mujeres que tienen cerca, piensen en las que están lejos, abracen a aquéllas que quieren y celebren todos los días la existencia de las mujeres importantes en sus vidas.