Hay una conversación que se me quedo muy clavada en la mente. A principios de semestre me fui a tomar un café con una amiga, entre nuestras conversaciones de la vida en general, hubo una frase que se me quedo muy grabada: A veces uno NO sabe lo que quiere, pero SI sabe lo que NO quiere.
Es tan cierta esta frase que salió de la nada, que la mayoría de las veces no lo vemos. La gente siempre trata de poner prioridades en su vida, en especial los jóvenes, porque de las decisiones que tomes en un momento dependen muchos momentos por venir. Es común categorizar en 5 grupos lo que es importante en nuestras vidas: familia, amigos, pareja, trabajo y diversión. Teniendo esos cinco grupos, pasamos a dividir cada uno en distintas cosas, deseos, anhelos y esperanzas. Buscando y esperando siempre lo mejor de lo mejor, sabiendo que hay que trabajar por ello, aunque a veces olvidemos que habrá momentos en los que suframos más de lo que nos creemos capaces de aceptar.
En la vida diaria tenemos que tomar decisiones, desde qué ropa usar, hasta con quién estar. Siempre me he preguntado por qué los seres humanos somos tan indecisos, y creo que en parte es por esto, porque no sabemos lo que realmente queremos. El día que mi amiga me dijo esto, me puse a pensar que esto nos sucede en las decisiones más importantes de nuestra vida. Por ejemplo, en la carrera que decidimos estudiar. Yo, en lo personal, sabía que no quería ser ingeniería, ni doctora, ni administradora… pero no sabía qué quería ser. Hasta que buscando, analizando e investigando, encontré la carrera en la que estoy ahora.
Dentro de las relaciones, es un poco más complicado. Por ejemplo, tienes un amigo que es muy criticón y eso te desagrada. Tienes una amiga que es miel pura y a veces te desespera. Tienes un amigo que es hiperactivo y otro que es un flojo. Total, nunca tenemos al amigo perfecto porque les vemos los defectos y aquello que no nos gusta. Claro, al final, todos cambiamos un poco para adaptarnos al grupo de amigos tan diversos en el que estamos y disfrutar de la compañía.
Dentro de las relaciones amorosas, siempre sabemos lo que NO DESEAMOS de una pareja; ya sea en actitudes, modales o cariños, pero muchas veces no sabemos lo que REALMENTE queremos. Siempre fantaseamos con la perfección: belleza, inteligencia, amabilidad, cariñosos, entregados, honestos, entre muchas otras cosas. Pero cuando es el momento de poner los pies en la tierra, y ser realistas, no sabemos exactamente las cualidades que deseamos en una persona. Eso sí, siempre sabemos que defectos no queremos.
Yo no espero que todos concuerden conmigo, pero sé que más de uno se dará cuenta de que le está pasando por esto, así como yo me di cuenta cuando me lo dijeron. Piensen, deberíamos saber qué queremos y qué no.
miércoles, 3 de marzo de 2010
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