[NOTA: ESTA COLUMNA ES EDICIÓN ESPECIAL. FUE ESCRITA POR EL DÉCIMO ANIVERSARIO DE LA CATARINA]
Hoy me pongo de gala, me pongo de nostalgia y esperanza. Sí, hoy le dedico mi columna a alguien que me está dando armas para el futuro. A alguien que me está enseñando a poner orden y ser estricta. Señorita Catarina, ¡feliz cumpleaños!
Ahora entrare en tema, ¿mis nostalgias? ¿Qué nostalgias tendría una estudiante de segundo semestre dentro de un periódico estudiantil al que entro hace poco tiempo? Pues eso, nostalgia de saber que de un momento a otro eres parte de algo increíble y que estás donde debes de estar. ¿Cómo llegue aquí en agosto, y en enero me convertí en Jefa de Opinión de este medio masivo de comunicación? Sencillo, las ganas de escribir y expresarme más allá de mi computadora, más allá de mis amigos cercanos o de mi blog perdido en el mundo cibernético. Sí, como todo en la vida, conocer a la gente adecuada en el momento adecuado también ayudo. También llegar en el semestre adecuado, cuando mi ahora antecesora tuvo que seguir otros rumbos y dejo un puesto vacante, que ahora lleva mi nombre.
Sé que está muy personal esta semana esta columna, pero creo que es justo y necesario darle hoy en su aniversario el honor a quién honor merece, y a mi parecer La Catarina lo merece.
Este periódico estudiantil, donde trabajamos chavos de carreras tan distintas y con gustos tan variados, funciona por la misma diversidad que existe tanto entre los estudiantes como en la universidad en general. Puede que algunos lo utilicen para completar sus horas de servicio social, otros por llenar sus horas de libertad y ocio con unos jefes tan lindos como los que tienen aquí, y otros cuantos por el gusto y placer de estar haciendo algo que les gusta, pero al final todos formamos parte de una pequeña sociedad. Una pequeña sociedad donde cada uno hace lo que tiene que hacer cuando es necesario, y así todo funciona en orden y tiempo.
Los que estamos aquí por el mero placer de escribir, o diseñar o corregir, estamos dentro de una plataforma para lograr cosas aun mayores. Ese es el mayor honor que yo en lo personal le puedo dar a este medio. Puede que no sea el New York Times, pero es una puerta abierta para poder comenzar a experimentar con aquellas cosas en las que nos gustaría trabajar en el futuro. Tal vez d nuestras filas salga algún actuario que se enamoro tanto de la escritura en columnas o de los reportajes que se convierte en reportero para El País y se va a vivir a Madrid.
En fin, un lugar donde podemos hacer algo que nos sea gratificante y agradable. Un lugar donde los jefes son increíblemente buenos y bondadosos. Un lugar donde el compañerismo, las bromas, las risas y la alegría están presentes. Un lugar de donde podrán salir grandes talentos. Un lugar donde se trabaja duro. Felicidades Srita. Catarina, porque lo que es y seguirá siendo.
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