Hablemos de netas, si es el momento de decir las verdades que tenemos enterradas en la piel o creemos que tenemos escondidas en las pupilas. Hay que decir todo aquello que pensamos, sentimos, queremos, deseamos u odiamos; decir la verdad significa ser honestos, con todos aquellos con los que convivimos, amigos, padres o la pareja.
No sé cuantos de ustedes han visto la famosa película Closer, con Julia Roberts, Jude Law y Natalie Portman, la trama trata sobre la infidelidad. Es una película bastante buena, con buenos diálogos, en fin, dentro de este filme hubo una frase que me marco, que es cierta aunque nos de miedo aceptarlo: Tell me the truth. Because I'm addicted to it. Because without it, we're animals. Trust me. (Dime la verdad. Porque soy adicto a ella. Porque sin ella, somos animales. Creeme.)
¡Cuánta razón tiene! Siempre he creído que es mejor decir la verdad en temas como las amistades y los amores, porque así uno sabe en quién puede confiar y en quién no, podemos saber qué esperar y qué echar por la borda. Si es más fácil decir una mentira piadosa, pero esa mentirilla se convierte en otra, y en otra, al final tienes una enredadera de mentiras que no sabes cómo detener. Lo difícil es decir la PRIMERA mentira, las demás son sencillas y llega un momento que salen como si fueran realidad.
Debo confesar que yo si soy adicta a la verdad, y sé que no soy la única. También sé que a veces el querer saberlo absolutamente TODO no es lo mejor, porque puedes salir lastimado por mentiras piadosas dichas en su momento. Aun así, es mejor saber la verdad y ser capaz de aceptarla aunque duela a seguir creyendo cosas que son inexistentes, que a veces hacen de la vida un cuento de hadas rosa que, en realidad, es más gris que otra cosa. Es sabido que las adicciones pueden ser a cualquier cosa, desde besos hasta drogas, y en exceso son malas… Creo que inclusive la verdad lo es.
Aquí estoy llegando a una contradicción en mis propias palabras, ¿la verdad es buena o es adictiva? Es las dos. Claro que es bueno decir la verdad con gentileza y con tacto, cuando es necesario e importante. Por ejemplo, cuando estás con tu pareja y no te gusta algo que hace, es mejor decir la verdad con gentileza a hacerle creer que todo está bien. Sí es bueno decir lo que es importante para uno, si es importante hablar mirando a los ojos al decir la verdad. Por otro lado, la paranoia, el miedo y la soledad a veces nos hacen creer que no nos están diciendo la verdad. Esto es lo malo, a veces que no te dicen algo que es irrelevante y armas un PANCHO del tamaño del mundo, hay que saber darle el nivel de importancia a las cosas. Hay que saber cómo, cuándo, dónde y a quién decirle qué verdades. Hay que saber cuáles verdades deben ser sabidas.
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