jueves, 25 de marzo de 2010

Columna 10: Revelaciones.

De noche es cuando menos te esperas que algo importante suceda, o más bien cuando lo más importante pase. Pues, depende de con que ojos veas lo que te sucede. A mi usualmente de noche me llegan las mejores ideas, o en ocasiones otras cosas, revelaciones. Si suena algo extraño, pero a veces uno se da cuenta de las cosas que tiene, le faltan, le sobran o simplemente no se había dado cuenta, cuando es de noche.
Las revelaciones son esos momentos en que nos iluminamos y por fin entendemos lo que realmente está sucediendo. No digo que sólo pasen de noche, pueden sucedernos cuando menos lo esperamos: al despertar, mientras comemos, vamos en el carro o vemos alguna película. Pero siempre suceden, cuando menos las esperas.
Para ser honestos, las revelaciones a veces simplemente es que nos “caiga el veinte” de alguna situación que no entendemos o que no queremos entender. Es casi típico que suceda lo siguiente: Estas pensado sobre un tema irrelevante. Recuerdas aquella situación que te tiene algo confundido. De repente, poner cara de “WHAT?”, y es cuando te das cuenta que has tenido una revelación. Te pones a analizar esa información, ese dato o esa curiosidad que acaba de llegar a tu mente. Y es cuando entiendes la situación, o encuentras una posible solución a la misma.
¿Cuál es el siguiente paso? Primero, yo les recomendaría ESCRIBIR eso que tienen en la mente, porque cuando menos lo esperes alguien los va a sacar de tu enajenamiento, los vas a distraer… y ¡pum! se esfuma esa revelación que tanto estaban esperando. Después de tenerla analizarla y escribirla, es cuestión de saber cómo aplicar ese nuevo conocimiento o ese dato que no sabías, o no querías saber. Claro, si concierne a terceras personas, hablar con ellas. Explicarles las razones de su nuevo “yo”, porque aunque no queramos aceparlo después de una revelación: no volvemos a ser los mismos.
Pero, no estén esperando esa revelación porque se van a cansar, sucede cuando uno está al borde del cansancio (físico o mental). Sucede cuando menos lo esperamos. A veces, cuando menos lo deseamos. Eso sí, hay que estar abiertos a que puede llegar a suceder, no lo tengan en el consciente pero si en el inconsciente, porque siempre todo cae por su propio peso. Y créanme, las revelaciones pesan más de lo que imaginamos, sean del tipo que sean.

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