Columna 14: La última, y nos vamos

Abril 28. Últimos días de clases, y vaya que han sido un par de semanas pesadas desde que regresamos de Semana Santa. Ya se nos está acabando el tiempo como escritores, como estudiantes. Va empezamos a planear el rico verano, tal vez con un mes más en Cholula adelantando materias, o viajando a casita a que nos consientan un poco, quizá un viaje a alguna playa con los amigos. Sea lo que sea, serán casi 3 meses sin maestros, sin tareas, sin trabajos.
¿Lo peor de estos últimos días? Que ya te ves tan cerca del descanso, de la libertad estudiantil que te da flojera echarle ese último granito de arena a las materias. Claro, también ya empezaron los lamentos: “¿Por qué no puse atención? ¿Por qué falte?”, entre muchos otros que pasan por nuestras cabezas por estas fechas. Pero ya, estamos más pa’alla que pa’acá.
Claro, serán tres dichosos meses sin clases. Pero también serán 3 meses, no tan dichosos, sin amigos, sin antros cholultecas, y a veces, sin ciertas personas importantes. Digo, claro que son unas cosas por otras, pero siento, de manera extremadamente personal, que a veces nos acostumbramos tanto a una rutina universitaria que cuando estamos en casa haciendo otras cosas, a veces llegamos a aburrirnos. A extrañar lo que hacíamos por las tardes en la universidad o por las noches en los antros de nuestro queridísimo Camino Real.
¿Qué tal su semestre? ¿Asistieron a sus clases como era debido? ¿Hicieron los trabajos cuando eran? ¿Qué tal las fiestas?¿El aprendizaje estudiantil fuera de las aulas, dígase la física (entre personas del sexo opuesto), la química (con los roomies) o las matemáticas (para pagar la cuenta de las bebidas ingeridas)? Bueno, espero que haya sido un semestre productivo. Interesante y lleno de experiencias que los hagan decir: “Por eso dicen que la universidad es la mejor época de la vida”.
Por mi parte, espero haber llegado a ustedes a través de este periódico por lo menos un par de veces a lo largo del semestre. No sabemos que nos depara el siguiente, tal vez continúe aquí o tal vez cambie de lugar. No sé que vaya a pasar conmigo. Ni con mi columna. Ni con mi vida en general, pero bueno ¿quién lo sabe a los 20 años? Disfruten el verano, que cuando menos se dan cuenta, ya tienen que regresar a “cholulear”.